A partir de la observación de la forma de aprender de las personas adultas (andragogía) y de los jóvenes (pedagogía), su dinámica en el aprendizaje del baile en las parejas y con su correspondiente análisis y la experiencia obtenida a través de los años, el maestro ha desarrollado, documentado y registrado un método de enseñanza basado en la conciencia, sensibilidad y memoria corporal, la conciencia con la pareja y la conciencia con los distractores externos y su interiorización para que se transformen y se utilicen para producir movimientos armónicos y que el individuo y/o la pareja lleguen a bailar muy bien existiendo una comunicación corporal adecuada, moviéndose de manera natural, cuidando la estética de los movimientos y logrando la elegancia en el mismo.

“El mejor maestro de baile no es aquel que gana más concursos y se guarda el conocimiento para sí, sino aquel que realmente transmite la confianza para que sus alumnos le pregunten y aprendan, sepan disfrutar la belleza del baile de una manera placentera y sobre todo estética, mejorando el o los ejecutantes en muchos aspectos sus relaciones personales y en general su vida”.